31 diciembre 2013

Para recordar y para olvidar.

Posted by Juan bueno On martes, diciembre 31, 2013 No comments
Cuando se acaba el año o finaliza una etapa o se logran los objetivos planteados en un proyecto se suele hacer balance, o sea, se coteja todo aquello que ha ocurrido, analizando lo positivo y lo negativo, y al final casi de manera instintiva se suele ponderar de forma suave  y en clave de positivo.
 
 
 
Al filtrar los temas con el paso del tiempo, tratamos de mitigar los efectos negativos para evitar sentir la punzada dolorosa de aquello que ya nos dañó en el pasado y desde luego somos benévolos con nosotros mismos. Y con lo que salió bien añadimos prósperos aspectos a aquellas situaciones que tal vez no lo eran tanto.

Ahora se acaba un año complicado en lo social y lo económico, en los aspectos macro; activo en lo político y muy movido en lo judicial, confuso en lo legislativo; desconcertante para nuestra Monarquía, turbio para nuestras clases medias, desconcertante para la Sanidad; triste para la Educación, desquiciante para una lista grande de personajes que ni siquiera hace falta mencionar. Año caótico para unos seudo famosillos que no atesoran más méritos que entregar sobres, usar sus influencias, hacer negocios que no debían, pagar facturas de gastos personales, usar empresas para fines propios no demasiado transparentes, engañar, mentir, vender su vida privada (pero qué nos importa!). Este año incierto y duro deja momentos diferentes, pero muchos vinculados al paro, la pérdida de puestos de trabajo, la finalización abrupta de proyectos empresariales y la desilusión y el pesimismo que eso lleva aparejado.
 
Muchas, muchas han sido las Pymes y autónomos que han tenido que echar el cierre, abrumados por las pérdidas y la falta de futuro. Y detrás de cada uno de esos negocios hay empleados y familias que se enfrentan a momentos de inseguridad, de los que se tienen que rehacer. La desesperanza puede hacer mella en ellos, son momentos de desesperanza y de cierta desgana en ocasiones.

Las empresas recortan sueldos y presupuestos, tratan de ajustar los costes fijos hasta límites insospechados y actúan en las contrataciones con un candor y una ingenuidad que, si me permitís la expresión, es casi pueril. Se deshacen de eso que llamamos el talento senior (o sea los tipos experimentados que saben, porque tienen muchos años a sus espaldas, tienen el conocimiento y además las habilidades. Porque ya les ha pasado de todo o de casi todo) y contratan el talento junior. Ojo! Claro que hay que dar oportunidades a los jóvenes. Es una obligación inexcusables con las generaciones que vienen detrás. Pero esas soluciones que sólo consisten en poner parches no funcionan. Porque el único fin de ellas es abaratar costes de manera radical e inmediata. Como sea, sin planificación de los recursos (humanos) que son necesarios en cantidad y sobre todo en calidad. Sin control. Bajar costes porque hay que subsistir en el plazo más inmediato.
 
Cuando un enfermo tiene algo grave (nuestro país lo tiene), por ejemplo una neumonía no sirve de nada ponerle una tirita en la rodilla. Esa pretendida cura no le va a empeorar, la tirita  no va a agravar sus síntomas, pero mientras no tome los antibióticos adecuados no mejorará. Eso ocurre en las empresas con las selecciones y contrataciones que no son adecuadas. Generan costes en formación y adaptación del personal, al que le cuesta adaptarse a las organizaciones y a los puestos de trabajo, hay poca motivación, más rotación de la deseada y escasa motivación. Resultado, como país nuestro tejido empresarial sigue siendo poco competitivo.

Un año da para mucho, pitidos por las preferentes, un Papa volcado en los pobres, con un mensaje cercano y que parece luchar contra la corrupción y alejarse del boato. Ryan Air vuelve una vez más a aparecer en la prensa como la empresa aérea más denunciada del planeta: Recibe 8 denuncias diarias de sus pasajeros (Olé!). Además de haber obtenido  una sentencia muy reciente, ganada a pulso,  que le condena por discriminación, por sus tan llamativos y soeces anuncios publicitarios de sus azafatas ligeras de ropa (En un post de mediados de año,  ya denunciábamos esta situación).
 
La lotería de Navidad da premios muy repartidos y veo en las noticias, no sin cierto estupor, que la inmensa mayoría de los premiados están en paro, son jubilados, les iban a desahuciar de la casa, vivían de una ayuda social..., y sólo uno de los que entrevistan era mileurista. Me quedo consternado, porque si ese reportaje era un muestreo de lo que representa la demografía de este país alguien se tiene que echar a temblar, o tal vez todos, o tal vez en algún despacho de alguien importante deberían de estar trabajando en medidas estructurales, de verdad, serias y sostenibles, porque lo que no se sostiene es otros sorteo de la lotería como éste.

Parte del premio gordo tocó en O Rosal, un pequeño pueblo de la provincia de Pontevedra, muy afectado por las preferentes (además de haber sido castigado este verano por un incendio que llegó hasta la puerta de las viviendas de sus habitantes), donde los pobres jubilados se concentraban con sus pitos tocando incansablemente para que no se olvidara la desgracia que sufrían por haber perdido los ahorros de toda una vida de trabajo que ahora les venían tan bien.

Esos mismos jubilados, como si el destino les quisiera compensar con un guiño benévolo se han visto tocados por la fortuna en forma de décimo. Mientras celebraban su suerte con una modesta botella de sidra, al fondo de la imagen se veía perfectamente trajeados a los empleados de banca acechando al olor de dinero fresco. Tal vez tenían algún producto interesante que ofrecerles. He oído hablar de unas preferentes que dan muy buenos intereses.

El año que se nos va deja buenos recuerdos, además ya he dicho que queremos quedarnos con el recuerdo dulzón. O al menos neutro. Suavizado. Somos un país solidario, Cuanto peor nos van las cosas, más nos ayudamos entre nosotros. Ahora que la crisis azota duro, nos apoyamos mucho en la familia, recuperamos a los abuelos (o sus pensiones?); volvemos al concepto de familia nuclear, de piña. Se está fomentando el emprendimiento y el autoempleo, pero estamos muy lejos de tener unas buenas condiciones para ser competitivos: tenemos demasiadas trabas y un sistema asfixiante, que desanima al más osado; aún así creo que somos gente creativa e innovadora y esta situación tan prolongada está obligando a sacar lo mejor y en algunos casos lo peor de nosotros mismos.

Obtenemos muy malos resultados en los estudios sobre capacidad matemática o lingüística de los españoles y también sobre nuestra competitividad. ¿el lado bueno? Que tenemos un área de mejora enorme. Seguimos siendo el primer país donante de órganos porque tenemos un alma y un corazón altruista significativa.

Ahora nos hemos convertido (una vez más la historia se repite) en país emigrante, pero no de maleta de cartón sino de jóvenes preparados, talentosos, con proyectos, y con ganas de comerse el mundo, que buscan fuera lo que no encuentran aquí.

Nuestra gastronomía se codea con la francesa de tú a tú como una de las mejores del mundo y aparecemos en una estadística como uno de los países con los hombres más infieles del mundo.

Hay que salir en las listas, los primeros o los últimos, pero hay que salir. Pero yo prefiero salir en las de creación de empleo, riqueza, oportunidades para nuestros jóvenes, investigación, transparencia, derechos humanos y sociales.
 
Feliz 2014
 
Juan F. Bueno

 

30 diciembre 2013

Punto y seguido

Posted by Juan bueno On lunes, diciembre 30, 2013 No comments
Punto y seguido, tal vez punto y aparte. En apenas unas horas se acaba este año y se lleva el 13 que temen los supersticiosos. ¿Cuántas cosas perdurarán? ¿Y cuántas experimentarán un cambio radical? Los que seguís mi blog sabéis que soy un optimista persistente, y tengo mis baches, algunos de ellos oscuros cual noche de invierno, pero siempre me aferro a ver la luz al final del túnel. Aunque con cierta frecuencia, la realidad me coloca cada mañana en frente de situaciones duras y ásperas cuando hojeo el periódico o simplemente salgo a la calle. No hace falta más.

Por eso sé que resulta una estupidez agarrarse a esa falacia dulzona que se crea en torno a las fiestas navideñas. Ignoro si realmente creemos que en ese paréntesis de turrones, cordero, regalos y cenas. Las personas imaginan que en esa magia, artificialmente creada por los grandes almacenes y las campañas de Márketing, mejorarán los indicadores macroeconómicos, la bolsa sube (bajo el efecto del típico rally de Navidad, pero no sé si tiene que ver con los mazapanes y el capón de Cascajares; prometo enterarme). Afirmamos que las cosas irán mejor, tu cuñada se volverá más comprensiva y ya no te echará miradas asesinas cada vez que estrenas un traje que te sienta fenomenal.
 


Aquel compañero de trabajo con el que se hace tan difícil llevar a cabo los nuevos proyectos, comprenderá por fin, tu gran valía y facilitará tu integración en el quipo además de permitir que se pongan en valor tus habilidades. Por supuesto, tu suegra dejará de refunfuñar por cualquier asuntillo menor. Y tu jefe, ay tu jefe, seguro que calcula la subida salarial con ese programa para valoración de la Evaluación del Desempeño! Lo hará sin duda alguna, valorando tus capacidades al alza, de forma positiva y augurando una carrera prospera y brillante hacia la Dirección Comercial. El éxito está cada vez más cerca!!!!!
                                                                 
Es probable que el año empiece con un mes de Enero soleado y frío como corresponde a la estación del año en la que nos encontramos. Pasada la euforia necesariamente empachosa de tanta fiesta familiar y recuperados los estómagos de algunas aberraciones nutricionales (cenas de 5.000 calorías que después hay que disolver con antiácidos) y alguna copa de más que después van a parar a la voracidad recaudatoria de algunas administraciones, amanece un lunes de normalidad, en el que los negocios levantan la persiana, los niños vuelven al colegio. Sí, miraremos a nuestro alrededor. Con cierto sigilo.
 

En los estantes de los supermercados se retiran los últimos dulces navideños, los papeles de regalo aparecen arrinconados en una esquina, algunos abuelos despistados acuden a cambiar un juguete que compraron creyendo que era la última novedad y el nieto ya lo tenía. No parece haber muchos cambios. Unos operarios del Ayuntamiento retiran con cierta apatía las luces mientras comentan que no han tenido suerte en la lotería.
                                                          
En el bar del centro comercial suena la televisión. Este momento económico nos ha enseñado un nuevo lenguaje en el que ya nos movemos con cierta naturalidad, y dos señores mayores, seguramente ya jubilados, comentan entre sí: “Vaya, a mi edad, me habían llamado muchas cosas, pero nunca pensé que llegaría a ser un pobre energético”. O sea ese nuevo grupo de personas que tendrán que elegir entre pagar la luz o comer…. Su compañero asiente.
 
Otra noticia, este año han descendido de forma notable las ventas de lotería. Increíble (espero que no haya sido por el tan polémico anuncio televisivo).  Y las cenas de Empresa. Claro! Y las pequeñas empresas! Y los equipos que las forman! Si no hay equipos, poco tendrán que salir a celebrar o a cenar. Es tan simple que casi resulta estúpido afirmarlo. Aunque este es el panorama desolador que he encontrado estos últimos meses en muchas Empresas, grandes y pequeñas y en bastantes sectores, en autónomos y profesionales jóvenes y también en los más  experimentados.

Empieza 2014 y tal vez tu suegra siga refunfuñando o muestre su cara más amable; la Bolsa no remonte o nos vaya dando pequeños respiros; la economía crezca de forma sostenida; el talento joven encuentre oportunidades; las cifras del paro dejen de parecernos sonrojantes y vergonzosas; recuperemos la confianza en la Justicia; en la Sanidad Pública; en los representantes políticos; tal vez tu jefe siga siendo el mismo tirano de siempre o tal vez sea capaz de comprender algún concepto como la motivación, la comunicación, el desarrollo, o tal vez no…. Tal vez la familia sea tu “descanso del guerrero” o haya que aceptar que, a veces, lo tenemos muy idealizado.

2014 es un año como cualquier otro. Cada uno construimos nuestra vida día a día. Mucho de lo que ocurre está en nuestra mano, en nuestra actitud.
 
Es innegable que nos pueden amargar el año y la vida el jefe, la cuñada, el periódico y la evaluación del desempeño, pero lo que es concluyente es lo que decidamos hacer con lo que nos ocurre. Eso es lo realmente importante y en gran medida depende solo de nosotros. Como nos recordaba Mandela, somos dueños de nuestro destino.
Decía al principio que soy optimista por naturaleza. O por convicción. O porque sí.
 
Bienvenido 2014.
 
Juan F. Bueno

23 diciembre 2013

Feliz Navidad. Felicidad para 2014 y para Siempre

Posted by Juan bueno On lunes, diciembre 23, 2013 No comments
En estos últimos días del año que se va consumiendo,  os deseo unas muy Felices Fiestas.
 
Que 2014 sea el principio de la tan repetida y poco visible recuperación, y que las cosas se empiecen a ir solucionando para tantas y tantas familias que lo están pasando verdaderamente mal.
 
 
 
Estos días hemos podido ver con emoción, como la Lotería de Navidad ha sacado a mucha gente humilde de verdaderos apuros económicos. Una vez más esta Lotería, tan repartida entre gente necesitada, cumple una labor social de enorme transcendencia, a pesar del 20% que el Sr. Montoro se va a llevar para su hucha.
 
Un saludo muy afectuoso a todos.
 
Juan F. Bueno

02 diciembre 2013

El talento senior, el mentoring y los Telemacos

Posted by Juan bueno On lunes, diciembre 02, 2013 2 comments
Una mujer, profesional de indudable valía y de gran trayectoria en el mundo del periodismo especializado, asistía hace unos días a uno de nuestros seminarios sobre Gestión de Equipos con la ilusión y avidez de conocimientos que lo haría una joven recién licenciada. Sin embargo esta profesional de aire sereno era ya portadora de algunas arrugas que no eran más que el reflejo de muchas, muchísimas horas de trabajo, proyectos, desvelos, formación, en definitiva horas de vuelo, años de carrera y un sinfín de conocimientos técnicos, amplio entendimiento del mercado con todos sus vericuetos y una meridiana percepción del sector y su devenir.
 
 
 
Como el resto de personas que asistían al seminario, con  actitud aplicada,  me pregunta al final: Juan “¿te puedo enviar un artículo que publiqué sobre el Talento Senior? Es que creo que las mujeres nos tenemos que reinventar”, han dejado de ser una excepción en nuestro mercado laboral. E incluso puedo ir más allá y dejar de lado la cuestión de sexo. Hombre o mujer.  Poco importa! Lo realmente aterrador es que estamos dejando escapar el talento por las rendijas de la incompetencia. Porque estamos en manos de managers más preocupados por los números que de las personas, perdiendo de vista que los términos económicos son sólo soluciones cortoplacistas.

La fórmula que estamos aplicando en muchas de nuestra organizaciones no funciona; hay que gritarlo a los cuatro vientos. Empujamos a la calle a profesionales de primera, con un extenso bagaje que tanto nos aportaría en tiempos difíciles y en su lugar ponemos a gente más joven, a los denominados JASP. ¿Recordáis aquellos anuncios de coches que hacían alusión a jóvenes aunque suficientemente preparados?. No lo dudo. Pero no tan jóvenes. Nuestra generación de los treintaytantos  tienen que estar muy preparados. Ay de ellos si no lo estuvieran! No aguantarían en la jungla laboral ni un asalto. Pero es preciso recordar que el talento no es sólo conocimiento o cualificación técnica. Es alto desempeño y trayectoria. Es tiempo y experiencia. Y eso hay que vivirlo. Se siente. Se aprende. Se sufre. Se disfrute. Pero no es ni fácil ni rápido, requiere su tiempo, su proceso y su maduración.
 
 
Hace unos días asistí en el colegio de mi hija a una reunión de seguimiento de objetivos para el presente curso escolar. Se hizo una presentación de un interesante proyecto del centro, el nuevo departamento de comunicación y calidad y algún otro “peso pesado” del colegio, una institución seria y de prestigio. Esas comunicaciones, por parte de gente experimentada, con muchos años dedicada a la enseñanza estaban llenas  de color y de calor, rezumaban sabiduría dentro de un lenguaje sencillo y a la vez profundo que los padres captábamos a la primera. Hubo otras dos intervenciones,  menos afortunadas, de dos profesoras que ocupaban puestos de responsabilidad y que podían haber aportado desde su juventud un nuevo aire, pero sólo se quedó en una aportación escasa y un tanto fuera de lugar. Aludiendo a la disciplina y las regañinas propias de adolescentes a unos padres que, asumimos aquello con una cierta perplejidad.
         
Que se entiendan bien mis palabras. Pocas experiencias pueden ser mejores que las de una jueventud preparada con ganas de crecer y desarrollarse, de asumir proyectos y de salir adelante, de cambiar la sociedad y transformarse con ella. Pero ese proceso requiere tiempo y madurez, adquirir sabiduría y poder aplicarla, acertar y equivocarse. Cometer errores y aprender de ellos. Vivir aciertos e interiorizarlos.

Y ese profundo proceso del desarrollo del talento se puede vivir de una forma intensa a través de una herramienta muy útil que en ocasiones vendría bien revivir. El mentoring. Unir la sabiduría y el talento senior de la profesional con la que iniciaba este post ,con esa profesional de la educación, que sin duda goza de una buena preparación técnica pero con pocas habilidades sociales, escasa experiencia y desempeño titubeante, para que unos y otros puedan hacer el camino juntos, acompañándose en el devenir profesional en el que ambos, mayores y jóvenes se pueden enriquecer mutuamente y ambos saldrán ganando. Y nuestras organizaciones empresariales mucho más.

Ya lo dije en un post publicado hace un tiempo. No hemos inventado nada. A veces basta con echar la vista atrás con cierta humildad. Cuando Ulises parte a la Guerra de Itaca le pide a su amigo Mentor que cuide de su hijo Telémaco durante su ausencia.
 
Mentor se convertirá durante la ausencia del padre en el guía, consejero que le inspira, ayuda, aconseja, reta y desafía a lo largo de su aprendizaje y crecimiento personal y profesional. Toda una aventura para ambos. Precaución, el talento es escurridizo.
 
Juan F. Bueno
 

 

06 noviembre 2013

Pais de Contrastes

Posted by Juan bueno On miércoles, noviembre 06, 2013 No comments
En mi último post, recordaba la conmemoración del Día del Docente mencionando la importancia de la formación como elemento estratégico para garantizar el futuro y la competitividad de nuestro país. 



Hace un par de semanas se anunciaba el devastador informe publicado por la OCDE conocido como informe PISA. Los datos son letales, España e Italia, que según el informe “han sufrido una tremenda pérdida de competitividad” se sitúan en los últimos puestos en la formación de sus trabajadores, lo cual lastrará en gran manera la recuperación económica de ambos países.

Nuestro país se sitúa al final de la lista en comprensión lectora y habilidades matemáticas. Devastador fue un reportaje de una televisión en el que a pie de calle se entrevistaba a ciudadanos (espero que al azar) que eran incapaces de entender un texto de varias frases, la factura de la luz con su correspondiente gráfico o hacer rápidamente el cálculo de una oferta para la cesta de la compra. Confieso que no sé qué pensar. Si sólo es un muestreo está claro que tenemos un área de mejora enorme, casi infinita. Si es reflejo de la realidad de un país… entonces deberíamos echarnos a temblar.



Me apetece recordar aquel humorista que decía “si la estadísticas mienten… y mienten” porque en efecto, somos un país de contrastes. ¿es el mismo país ése que arroja esos resultados tan bochornosos el mismo que es pionero en ciertas investigaciones cardiacas (véase el Dr. Fuster), el que crea la tecnología del AVE y se dispone a realizar grandes infraestructuras, y el que no deja de exportar (muy a nuestro pesar) a jóvenes talentos que se buscan las habichuelas lejos de casa?

Somos un país de contrastes: Alabamos la sanidad pública pero nos vanagloriamos de disponer de un seguro privado; nos abochornamos ante los casos de corrupción (véase ERES en Andalucía, caso Bárcenas, Noos...) pero los hay que piensan que eso no es más que un ejercicio avanzado de esa picaresca tan española, reflejada en nuestros clásicos.

Somos un país de contrastes: Disponemos de la alabada dieta mediterránea y sin embrago cada vez tenemos mayor número de obesos y de enfermedades cardiovasculares. Somos un país de contrastes: La familia era nuestro núcleo indestructible y sin embargo pocas son las ventajas y ayudas que reciben las mujeres que desean ser madres y apostar por una familia. La conciliación sigue siendo difícil cuando tenemos una baja productividad pero un elevado índice de presentismo laboral en nuestros trabajos. Rendimos poco pero salimos muy tarde. Somos un país de contrastes: Se nos llena la boca hablando de un consumo de televisión responsable, pero aumenta sorprendentemente la audiencia de los programas de la llamada "tele basura" donde se escarba sin pudor en la vida privada y miseria de los otros.

En ocasiones me pregunto si es precisamente esa dualidad que mantenemos en ocasiones el motivo de nuestro encanto. Aunque me temo que el índice de picaresca no hace más que socavar nuestra competitividad y eso que se ha venido en llamar "la marca España".

 
Juan F. Bueno


24 octubre 2013

Sangre y Esperanza

Posted by Juan bueno On jueves, octubre 24, 2013 No comments
Estrasburgo, esa fría y bucólica ciudad, nos ha enviado en forma de sentencia un quebrantamiento de la esperanza. Y la Audiencia Nacional, probablemente obligada a acatarla, decide de forma rápida la excarcelación de una mujer (poco  importa su nombre ni su circunstancia) condenada a la friolera de 3.828 años por 24 asesinatos.
 
 
Sangre, mucha sangre ha corrido por las manos y la intención de esa mujer menuda que sonríe al verse en libertad. Está arropada por los suyos, que acuden a recibirla. Los familiares de sus víctimas no pueden ir a hacer ningún recibimiento a sus seres queridos. Sólo pueden llevar flores y recordar. Llevar flores y llorar. Llevar flores y no sentir consuelo.
 
Sangre y esperanza son poco compatibles. El cumplimiento de la legalidad supone una brusca disolución de la esperanza de todas esas personas que han sufrido de cerca el terrorismo. En los años 80 esa mujer pelirroja de falso aspecto inofensivo acabó con las vidas y las ilusiones de 24 personas, una detrás de otra. Sin piedad. Esa mujer pelirroja abría en muchas ocasiones el Telediario inundado de atentados y entierros. Sin arrepentimiento. Luchando por una causa. Pero ¿hay alguna que justifique arrebatar la vida con un crimen tan salvaje?. Pero no sólo uno, dos, tres, cuatro, cinco, doce, diecinueve, veintiuno, venticuatro…. Cuánto desgarro!
 
 
Ha pasado en la cárcel 26 años, su juventud se queda entre cuatro paredes. Ignoramos que habrá pasado con esos ideales. Sin embargo sus víctimas lo perdieron todo, la juventud, la madurez, sus seres queridos... su familia.
 
Todo descansa bajo tierra. Cumplir sin demora las indicaciones de Estrasburgo es un atropello para las víctimas. Para aquellos que sobrevivieron a sus maridos, hijos o hermanos y que conservaban la vana ilusión de que esas muertes no fueran inútiles. Que hubieran contribuido a una sociedad más justa. Baldío. Un atropello.
 
Estos sentimientos soliviantan la entereza de todas esas personas. Su equilibrio, su rectitud, su profundo respeto por la legalidad. Ninguno de ellos optó por la famosa Ley de Talión “ojo por ojo, diente por diente” porque sabían que así, todos tuertos. No. Esos familiares y amigos decidieron creer en la justicia que impondría el justo castigo por tantos asesinatos, por tanto dolor.
 
 
 
Esa certidumbre se ha roto con una sentencia que ha llegado de una ciudad, cada vez más fría y menos bucólica.
 
Estos delincuentes confesos y condenados salen de la cárcel arropados por sus seres queridos y solicitan discreción y protección en sus salidas. Quieren que les protejan esas fuerzas armadas que tantas veces han caído al asfalto salpicando su sangre, víctima de unos ideales trasnochados. Estrasburgo me parece cada vez más lejana y hostil. Aunque sus dictados se ajusten a la legalidad vigente.
 
Juan F. Bueno

07 octubre 2013



Este Sábado,  5 de octubre se ha celebrado el Día Mundial del Docente y me pregunto si pasará desapercibido. Tal vez sea así. ”¡Con el elevado número de problemas acuciantes que hay a nuestro alrededor, quizá no podamos pararnos a pensar en los profesores!”. Esta puede ser la reflexión de un ciudadano cualquiera en un lugar cualquiera. Desde mi punto de vista es un profundo error, un grave error.

 
 

La formación, la educación, la preparación de las generaciones venideras nunca aparece como uno de los problemas que preocupan a los españoles. Sólo hace falta ver las encuestas, que periódicamente se publican, para darnos cuenta de lo que más nos preocupa a los españoles: En la actualidad la crisis económica,  el desempleo, la clase política, la corrupción, etc.  y hace unos años, el terrorismo.
 
Pero ni entonces ni ahora estaban entre nuestras principales cuitas la educación. Este asunto parece de menor entidad frente a aquellos otros que afectan a la seguridad de los ciudadanos o la necesidad de comer todos los días y hacer frente a las facturas.

No obstante, lo urgente no puede ocultar lo importante.

Celebrar el Día Mundial del Docente, no es más que un sencillo homenaje o recordatorio hacia todos aquellos profesionales que se dedican a la formación de nuestros hijos, pero también a los adultos que siguen recibiendo formación a lo largo de su vida. ¿Se os ocurre alguna profesión en la que no haya que estar irremediablemente al día?.  Y la reciben de otras personas que ponen al servicio de los demás sus conocimientos y también su capacidad pedagógica.
 
Soy un firme defensor del crecimiento profesional y personal. Cuanto más sabemos, más se amplía nuestra capacidad de disfrutar y comprender todo lo que nos rodea. Cuanto más sabemos, más percibimos todos aquellos conocimientos que aún nos son ajenos. De manera impecable lo decía Descartes: "Sólo sé que no sé nada”.
 
Se trata, a mi modo de ver, de una profesión que está modificando su perfil clásico. Como se dice ahora, "se reinventa". Nuestros docentes actuales poco tienen que ver con aquellos maestros rurales del siglo pasado anclados en formas de aprendizaje hoy vistas como obsoletas.
 
Ahora nuestros hijos estudian con métodos más dinámicos, hacen juegos, simulaciones, preparan trabajos en grupo (imprescindible que empiecen a trabajar en equipo), hacen presentaciones, utilizan el power point (debería ser obligatorio adquirir algunas habilidades para hablar en público) y en ocasiones hacen la vida imposible a sus profesores. Educación (la que se recibe en casa) y Formación (la que te proporcionan en la escuela) con una base de valores comunes, compartidos entre padres y profesores, se me antoja indispensable para afrontar un futuro incierto y retador.
 
Ignoro si nuestros hijos y nietos lo tendrán más difícil que nosotros pero de lo que no tengo duda alguna es que cuanto mejor estén formados, estarán más preparados y dispondrán de más herramientas para conquistar el éxito o la estabilidad.

Oda al maestro: Es el día Mundial de los Docentes. Seguramente es más popular el día de la madre o de los enamorados, cualquiera de los de índole comercial.
 
Pero el del Sábado, fue un día importante. Y tal vez urgente.

Juan F. Bueno
                               
                    

12 septiembre 2013

Bienvenido a la normalidad

Posted by Juan bueno On jueves, septiembre 12, 2013 2 comments

A lo largo del mes de Agosto he disfrutado de unas vacaciones en las que he cruzado el país en dos ocasiones de una punta a otra. De norte a este, de un litoral a otro y después salté de un punto cardinal al contrario en un baile de viajes, sin duda, interesantes.


Para alguien observador y curioso como yo, este periplo veraniego da para unas cuantas reflexiones, de modo que quiero compartir con vosotros ésta que intenta sintetizar momentos, sentimientos o experiencias vividas a lo largo de estas semanas.

La primera es lo enormemente difícil que resulta desengancharse de la rutina cotidiana que nos hemos creado en torno al mail, las redes sociales, el ordenador, el I-Pad y todos estos artilugios o herramientas que poco a poco se han instalado en nuestra vida y que hacen que nos preguntemos ¿Cómo podíamos vivir antes sin ellos?. Mi desenganche ha sido parcial. He dejado descansar a mi blog y sólo miraba de reojo los mails que entran a menos ritmo, pero de forma intermitente. Sin embargo, han sido numerosas las ocasiones en las que me he visto rodeado por ejecutivos en bañador que pegados al móvil daban instrucciones sobre el último pedido u organizaban una reunión dando instrucciones a su secretaria, mientras su hijo gritaba insistentemente que le ayudara a acabar el castillo de arena.

 
Pues sí, realmente nos cuesta mucho poner distancia con esa cotidianeidad que ya se ha hecho nuestra. Esa ligazón con el mundo on-line que parece dar sentido a toda nuestra vida. Yo mismo me he descubierto en un pueblo apartado preguntando en el bar con avidez si tenían Wifi. En aldeas apacibles y alejadas en las que el bar del pueblo anuncia con un cartel “Hay platos combinados” debajo pone en letras provocadoramente grandes la clave para la conexión Wifi. ¡cómo han cambiado nuestros pueblos! No hay ayuntamiento que se precie que no cuelgue en su página web el programa de las fiestas! El pregón, la orquesta Sintonía y la carrera de sacos….

Cuánto hemos evolucionado! Estos días han sido una mezcla de descanso, cambio de rutinas, gastronomía, familia, amigos. De todo en diferentes proporciones. Y lectura, mucha lectura atrasada, horas enteras parapetado tras un libro, revistas varias o todo tipo de periódicos (le he dado un repaso a la prensa local de medio país). 
 


Ese viaje lector además de disfrutar de alguna novela me ha impedido olvidarme de nuestra ración diaria de conflictos, disgustos y realidades poco pacíficas: el conflicto con el Peñón; el grave deterioro de la situación en Egipto; el error en el indulto firmado por el rey de Marruecos; de nuevo la búsqueda de Marta del Castillo; el bochornoso paseíllo de algunos de nuestros dirigentes políticos a requerimiento del Juez Ruz y la jueza Alaya; la investigación sobre el accidente ferroviario del mes pasado…. La lista de inquietudes es variopinta y en absoluto desaparecen. Sólo quedan ligeramente apartadas por nuestras excursiones playeras, el tinto de verano y los cuerpos tostándose al sol. Pero la zozobra que todas ellas nos producen sigue estando ahí.

Ahora, de vuelta a los quehaceres habituales echo la vista atrás a esas tardes de chiringuito, mañanas de lectura en una terraza o aquella divertida excursión familiar haciendo el descenso del Sella. Paisajes abrumadores por su belleza que me hacen recordar lo insignificante que es el ser humano ante la magnitud de los Picos de Europa, por ejemplo. Alguna excursión tenía un silencio casi sobrecogedor, recorriendo la ruta de las Xanas (brujas) en Asturias. Una casa rural en un paraje de ese Principado, rabiosamente verde, con un tono casi altivo, esa aldea remotamente perdida en la montaña en la que, acompañado de la familia, degustamos una fabada de gratos recuerdos. ¡cuántos momentos!.

Sin embargo yo soy de los que recupera lo cotidiano con satisfacción, disfruté las vacaciones con un placentero afán, qué duda cabe! Pero me reincorporo a lo habitual diciendo “Bienvenido a la normalidad” y no experimento esa depre post vacacional que tan de moda estaba. Aunque me sospecho que cada vez se padece menos. No sufro ningún profundo fastidio por retomar lo que sólo ha quedado parado por un paréntesis de buen tiempo, momentos familiares y ausencia de despertador.


Las calles de nuestras ciudades se llenan de personas con buen tono por efecto del sol, aspectos más relajados y conversaciones interminables en las que se habla del crucero, de la casa del pueblo, de la excursión. Contarlo en volver a vivirlo. Los niños vuelven al cole tras una pausa larga en la que a veces se vuelve difícil organizar tantas horas de asueto.

De nuevo hay madrugones, atascos, reuniones, compras en el súper y obligaciones con los más pequeños y también con nuestros mayores. En las Empresas es momento de presupuestos, ajustes y planteamientos para el cierre del año, ante el último trimestre. El curso político empieza casi tan crispado como acabó; Obama se plantea atacar Siria; Putin le lanza miradas asesinas y el otoño promete. Me apetece escribir y compartir, aprender y compartir, vivir y compartir. Disfrutar de todo y de todos. Yo no tengo síndrome post vacacional, sólo le doy la bienvenida a la normalidad, a la vida en definitiva.

Juan F. Bueno

08 agosto 2013

Errar es humano

Posted by Juan bueno On jueves, agosto 08, 2013 2 comments
Errar es humano. Sus consecuencias, a veces tremendas.

En otra ocasión ya hemos reflexionado juntos sobre los errores y sus consecuencias. El error es humano y consustancial a nuestra actividad como personas. Tenemos que equivocarnos para tener la ocasión de rectificar, aprender y retomar el camino. Equivocarse para después acertar. Equivocarse para acumular experiencia, en definitiva errar para crecer. "Errare humanun es, sed perseverare diabolicum". Así lo afirmaba Séneca. Así lo confirma nuestro sabio refranero “el que tiene boca se equivoca”. Claro que sí, no podía ser de otra manera. Pero es que hay errores tan tremendos, algunos de esos que nos dejan sin respiración, impactados, bloqueados.
 
 
Algunos errores quiebran la confianza en el ser humano, nos hacen dudar y temblar ante sus nefastas circunstancias. Ya sé que generan aprendizaje y vivencias pero en ocasiones el precio es tan alto...!
 
Nuestras acciones como seres humanos son imperfectas. Estamos subidos a una espiral constante en la que hacemos y deshacemos. Analizamos y rectificamos. E  incluso cambiamos nuestras referencias sobre lo bueno y lo malo, sobre acertar o equivocarse. Nada más complicado si hacemos referencia además a la moral, la ética, las normas, los usos de la sociedad, etc. Una acción reprobable a principios de siglo pasaría hoy desapercibida a los mismos ojos. Los tiempos cambian y con ellos nuestras referencias.
 
Pero hay errores garrafales, inmensos y sus consecuencias no tienen paliativos. Y se dan en cualquier ámbito. Los empresariales pueden acabar con ciertos proyectos profesionales y suelen acarrear pérdidas económicas (MCDonalds intentó lanzar una pizza de la que ya nadie se acuerda porque fue un patinazo memorable o Mattel cuando decidió modernizar la imagen de Ken, novio de Barbie, la muñeca más vendida del mundo. Rotundo fracaso que costó millones de dólares). Pero lo dicho, se pueden llevar por delante algunas ideas profesionales y se apuntan con sentido negativo en la cuenta de resultados de esas Empresas.
 
A Henry Ford le llevó más de 20 años de intentos acertar con el negocio empresarial de éxito. El camino a veces es largo y está lleno de dificultades. El temor al fracaso impide que muchos proyectos empresariales vean la luz. Sin embargo para un emprendedor es esencial admitir como natural el método ensayo-error. Por supuesto, no a tontas y a locas. Con estrategia y conocimiento.
 

El famoso caza talentos que después de hacer unas pruebas a los Beatles concluyó diciendo que “no tienen futuro, los cuartetos están acabados y su música no gustará a nadie”. Supongo  que si vive todavía estará lamentando su escasa visión.
 
Un error puede ser según su naturaleza o sus consecuencias una falta, un desliz, un traspié, resbalón, descuido, equivocación, distracción, despiste, desacierto, desatino, disparate, equívoco, absurdo, aberración, errata, inexactitud, fallo, incorrección…. Dejo a vuestro criterio decidir cuál de estos sustantivos es el más adecuado a los siguientes errores:
 
Hacienda publicando las ventas que nunca realizó la Infanta Cristina por un supuesto error en la numeración de su DNI; Rajoy reconoce que se equivocó dando su confianza a Bárcenas (costoso fallo); el maquinista del tristemente conocido Alvia que descarriló en Santiago se despistó y esa acción ha costado una tremenda desgracia en vidas perdidas y en dolores que permanecerán; las autoridades marroquís se “confunden” de listas y se concede el perdón real a presos con graves delitos, entre ellos un pederasta con una larga condena pendiente de cumplir (enorme alarma social y problema jurídico de envergadura entre los dos países implicados); el ministro de educación plantea unas calificaciones para acceder a las becas que son inamovibles aunque unas semanas más tarde las modifica tras reconocer que tal vez se precipitó (claro impacto en la credibilidad); un buen número de ciudadanos se equivocaron al ser incluidos en ERES inexistentes porque sus empleos también lo eran (burrada de dimensiones épicas, perdonad la expresión, pero error me parece demasiado suave); ¿Alguien se acuerda del insigne Luis Roldán, Director General de la Guardia Civil hace unos años al que por error se le ocurrió presentar un curriculum lleno de títulos y experiencias inexistentes?.
 
Algunos errores a pesar de empezar mal consiguen acabar de forma positiva: Pensemos en Cristóbal Colón, convencido de haber llegado a las Indias, cuando en realidad arrivaba a un nuevo continente por un fallo de cálculo en las distancias; en el ámbito empresarial los errores, devoluciones, quejas por calidad no hacen más que poner de manifiesto fallos de procesos o de producto, pero eso es lo que permite la mejora.
 
 
Este post sólo pone de manifiesto que el error es un concepto con dos caras, positiva y negativa. Lo que creo es que hay que agarrar y no dejar escapar el aprendizaje que lleva implícito, pedir disculpas por los errores, sólo en los casos que sirva de algo y saber que grandes errores han llevado finalmente a grandes aciertos.
 
El único hombre que nunca se equivoca es el que nunca hace nada”.
 
Juan F. Bueno

31 julio 2013

Se me olvido pensar y solo pude sentir

Posted by Juan bueno On miércoles, julio 31, 2013 No comments
Hace algunas semanas escribí una reflexión sobre las emociones que generó bastantes comentarios de mis lectores. Esto demuestra que es un tema que no nos deja indiferentes. Es lógico. El ser humano es una criatura que alberga sentimientos, emociones, recuerdos, experiencias.
 
 
Las personas pensamos porque sentimos o sentimos porque pensamos. Estas dos facetas nos separan del mundo animal. O tal vez no. La actualidad de estos días me ha inspirado este artículo “se me olvidó pensar”. Algunas de las noticias que nos acompañan en el día a día son síntoma evidente de aparcar el pensamiento. Y tal vez el sentimiento. Eso logra asustarme. ¿En qué nos estamos convirtiendo? Los sentimientos y las emociones caminan juntos en nuestras vidas y en muchas ocasiones la dirigen.
 
Las emociones son más reptilianas, más reactivas, más primitivas. Surgen y las experimentamos. Si caminamos solos por una calle oscura y nos encontramos de frente con un hombre con mal aspecto y que empuña un arma, seguramente sentiremos miedo, temor, incertidumbre, incluso puede que esa emoción nos haga salir huyendo o nos paralice. La emoción no se racionaliza, es un estado muy intenso que proviene de una Reacción (el miedo a ser atacado) y tiene una parte mental y otra orgánica (temblor, sudor). Reacciona nuestro instinto: Nos tenemos que poner a salvo. En los sentimientos intervienen más elementos: Son emociones que ya han pasado por más filtros intelectuales o de consciencia. En el sentimiento ya existe comprensión, entendimiento y reflexión.
 
El amor es sentimiento y la pasión es emoción. Si echamos un vistazo a la vida de las Organizaciones empresariales vemos que confluyen a veces sin orden ni concierto. Ante un Jefe imperativo, intolerante o que transmite siempre un feed back negativo, sentiremos emociones destructivas, negativas, en las que tendemos a contraernos. Por el contrario, ante un superior que nos impulsa, nos anima o sabe cómo motivarnos, nuestras emociones serán positivas, tenderemos a la expansión.
 
Las emociones no son más que nuestra reacción ante los eventos que nos ocurren. Hasta aquí todo entraría dentro de lo razonable. Pero vuelvo a la actualidad, a esas circunstancias que son las que nos rodean y pueden desbaratar todas las teorías. Yo me pregunto qué pasa por las cabezas o los corazones de algunas personas, o más bien qué justifica determinadas acciones. Pensamiento, sentimiento. Tal vez son piedras y no personas. ¿Qué inspira al Sr. Bárcenas a tratar de implicar a un montón de personas con acciones presuntamente ilícitas y desde luego poco éticas?. ¿Qué ha pesado en él, el pensamiento (análisis racional de su situación, ponderando así mismo el resultado de sus actuaciones) o el sentimiento (soledad al ingresar en la cárcel, frustración por verse privado de libertad) o tal vez la emoción (temor, incertidumbre ante un entorno desconocido).
 
¿Qué inspiró a José Bretón durante el horrible proceso judicial,  en el que trataba de mostrarse impasible?. ¿Que pesó en él, el pensamiento (parece poco probable tratándose de sus hijos, a los que de forma casi instintiva, casi animal todos tratamos de defender). Tal vez fue el sentimiento (odio o rencor hacia su ex esposa). O quizá fue la emoción (rabia infinita ante el abandono de su mujer). A lo largo del juicio lanzaba unas miradas frías, inquietantes. ¿Pensaba o sentía?. ¿Se emocionó en algún momento?. Dicen los especialistas en lenguaje corporal que, analizando sus movimientos y reflejos, simplemente fingió emocionarse.
 
¿Qué inspira a esos directivos que mandan (y digo bien, mandan y ordenan) llevando a sus equipos con mano de hierro, escasa emocionalidad y poco o ningún respeto por sus sentimientos?. ¿Piensan o sienten? Tengo serias dudas al respecto. Reconocer la emocionalidad de las personas, me parece un síntoma de inteligencia. Y ojo no hablo de sentimentalismos ni noñerías! Dirigir una Empresa, un equipo, un negocio, un partido político, incluso una familia, no es tarea sencilla!. Pero me parece imprescindible aceptar como natural que, en el desarrollo de cualquier proyecto, intervienen aspectos materiales o tangibles, y de igual manera aspectos humanos y emocionales. Tenemos que aceptar que las emociones y el pensamiento son herramientas para dirigir un negocio, por ejemplo. Pero hacerlo requiere una gran introspección personal y un humilde reconocimiento de defectos y virtudes. Y no todos los dirigentes están dispuestos a hacerlo. Podría ser un signo de debilidad, piensan algunos. A mí me parece una señal de fortaleza y valentía. Lo que me entristece profundamente es qué pasa por los pensamientos y sentimientos de esas personas capaces de todo con tal de causar daño.Sea en el ámbito que sea. Yo estoy convencido de que las emociones se contagian, y aquellas que son destructivas generan negatividad a su alrededor y aquellas que son positivas nos fortalecen y favorecen la autoestima.
 
Funcionan como verdaderos antídotos en un mundo como el nuestro, que hay días que se me antoja especialmente duro. Gestionar el cambio y promover la innovación, es la única solución para la supervivencia empresarial, y ése es un proceso de gestión de emociones.
 
Si alguien os ha dicho que las Empresas se dirigen con la racionalidad y los números, simplemente os han ocultado gran parte de la verdad. El escritor argentino Jorge Bucay decía: "No somos responsables de las emociones, pero sí de lo que hacemos con ellas”.
 
 
 
Juan F. Bueno

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