30 marzo 2013

Dia del Padre (y de la madre)

Posted by Juan bueno On sábado, marzo 30, 2013 No comments

Hace un par de semanas se celebró el Día del Padre y en poco más de un mes haremos lo propio con el Día de la Madre. Más allá del contenido comercial,  ambas fechas me provocan una reflexión sobre la óptica desde la que nos están observando nuestros hijos.
Decir que la sociedad ha cambiado mucho es una obviedad que me podría ahorrar, pero no por ello deja de ser cierta. Y de igual manera la forma de educar a nuestros hijos y probablemente también la de implicarse en la paternidad.
En la generación de nuestros abuelos o bisabuelos estaba plenamente instalada la creencia de que el cuidado y atención a los más pequeños era más tarea de la madre que del padre. En especial en los primeros años de vida.
Afortunadamente esta situación dio un vuelco significativo y hoy es habitual ver a padres jóvenes y otros no tanto ocupándose con naturalidad de dar de comer, cambiar pañales, llevar al pediatra o compartir juegos.
Si bien esto que digo parece cierto en la actualidad también lo es que la referencia que representaban los padres, ambos en este caso, también se ha modificado. La madre se ha incorporado en muchos casos al mercado de trabajo (qué fortuna!) y es una mujer más preparada, multitarea y que dispone de menos tiempo pero no por ello renuncia a tener una familia (cierto es que con menor número de hijos). Y en cuanto al padre éste se ha alejado de la figura de férrea disciplina que inspiraba respeto, en ocasiones mezclado con temor.
No podemos mostrarnos indiferentes con los vertiginosos cambios que se han producido en las generaciones de nuestros jóvenes: un cierto desencanto y desesperanza; el acceso a las redes sociales; el cambio en las relaciones; en sus horas de ocio….
Ser padre ha cambiado mucho, pero ser hijo también. Ser padre es para siempre y aún encima no hay universidad en la que te puedas sacar un título que te habilite y un catedrático que resuelva tus dudas. Recuerdo en este punto la Escuela de Padres de mi admirado José Antonio Marina. Qué buena iniciativa.
A ser padre se aprende siendo. Ensayo, error. A veces éxito, a veces fracaso, pero siempre desde el amor. Un hijo bien educado y con valores sólidos que le sirvan de guía a lo largo de su vida es nuestra mejor obra, nuestro patrimonio más valioso.
Pero hay algo que siempre ha servido, que los tiempos no han conseguido cambiar. EL EJEMPLO. Ser modelo de comportamiento, de actitud para los que nos rodean, en especial nuestros hijos es el patrón de conducta más potente. Antes y ahora. De poco sirve decir a nuestros pequeños que hay que ser honrados cuando ven que sus progenitores llevan a cabo acciones poco íntegras.
Somos en gran medida los adultos reflejo de los mayores que nos han criado y educado. Por eso tener una referencia clara, firme y asentada de conducta es una garantía de nuestro proceder futuro.
Por eso el Día del Padre o el Día de la Madre sólo son uno más para que nuestras pautas y nuestras rutinas se reflejen en el espejo que en ocasiones son nuestros hijos.

Todo cambia, incluso las corbatas o los pañuelos de antaño han dejado paso a las tablets y demás aparatos de sofisticada tecnología.
Por cierto, este año me tocó un pantalón y un balón de cartón con una foto de mi hija..
De incalculable valor, por cierto.
Juan F. Bueno

28 marzo 2013

Cospedal, Chipre y la Formacion

Posted by Juan bueno On jueves, marzo 28, 2013 No comments
En general no me gusta escribir sobre política desde mi blog porque todas las tendencias pueden ser correctas y aún así, fruto de interpretaciones equivocadas. Pero en este caso no me he podido sustraer de la actualidad y acabar haciendo un comentario sobre las declaraciones de la Sra. De Cospedal.

Y las hago al margen de apoyos o conciencias políticas. Ya no las tengo. Hace tiempo que me volví un descreído sobre muchos de nuestros dirigentes, no les admiro y en muchos casos ni siquiera merecen mi respeto.

De uno y otro color me parece que han conseguido desdibujar su función de servicio público, de trabajo al servicio de los ciudadanos. Pero como decía al principio no pude sustraerme de la tentación de leer con detenimiento  esas palabras de esta líder política que, indirectamente hace referencia a algunos elementos que parecen desaparecidos de la vida de nuestro país.


Afirma la Sra. De Cospedal que “la crisis de Chipre no ha convulsionado la economía española”. Exclamo mi sorpresa. ¿Es ésta una buena noticia? ¿Para quién? Para los ciudadanos de a pie, supongo.


Es cierto, no ha convulsionado casi nada porque a estas alturas ya estamos curados de espanto, los más de 6 millones de parados que luchan día a día por salir de esa situación ya tienen poca capacidad de empeorar. Aunque aún hay ciudadanos que pueden evolucionar a peor. Son esos miles de ciudadanos que sobreviven con contratos de trabajo precario, en pésimas condiciones y con escaso respeto por sus derechos y mucho menos por sus necesidades.

Es cierto, Sra. De Cospedal, la crisis chipriota apenas nos afecta. Si acaso somos capaces de solidarizarnos con esos ciudadanos que lo están pasando mal. Nada más. 

A continuación añade que las medidas que el gobierno está adoptando  están generando gran confianza por parte de los mercados exteriores. ¿Ah sí? ¿Cuándo ha sido? Me lo he perdido!!!! Definitivamente tengo que estar más atento porque hace tan solo un par de  semanas esa contundente señora teutona de nombre Ángela, nos daba un doloroso tirón de orejas. Y pedía más sacrificios. Menos mal que estamos en plena Semana Santa y siempre podemos invocar la austeridad y el sacrificio….

Y la última perla del discurso hace referencia a la formación. Con mayúsculas.  Dice que para generar empleo hay que "poner coto  al 30 % de fracaso escolar" a través de la Estrategia de  Emprendimiento y Empleo que concede un papel relevante a la  formación.

Sin palabras. No sé si me preocupa más la primera parte de la frase o la segunda. Que un país de la vieja Europa presente unas cifras de fracaso escolar como esas es simplemente un escándalo, algo inusitado. Pero vayamos más allá, ¿qué es lo que no funciona? ¿Son nuestros alumnos o es un sistema educativo que cambia constantemente más guiado por voluntades políticas que por criterios pedagógicos?  Me temo que es una pregunta con respuesta molesta.

Y pensar que la mejora de las cifras de fracaso escolar se logrará poniendo en marcha políticas de Emprendimiento que ayudarán a crear  empleo es simplemente una falacia. Y lo es porque para que ese loable objetivo fuera una realidad son imprescindibles cambios estructurales de gran calado, de nuestro sistema educativo, de nuestro sistema productivo y casi de nuestra propia cultura laboral.

Por supuesto que creo que la formación es una herramienta estratégica para nuestro desarrollo como país, para nuestras organizaciones y para nuestros ciudadanos. Pero no debemos olvidar que es un elemento más; forma parte de un todo mucho más complejo.

Y  creo que una vez se despacha un problema de primera magnitud como es el paro, con una justificación que libera al principal responsable de solucionarlo, cargando la culpa indirectamente a los que estuvieron antes por no haber sabido dar con un sistema educativo eficaz. O sea: de esos polvos, tenemos estos lodos.



En ocasiones es preferible mantener la boca cerrada porque abrirla puede dar lugar a decir banalidades o generalidades. Qué sabio es el refranero español: “en boca cerrada no entran moscas”.  Y yo añadiría “y tampoco salen”.





Juan F. Bueno
 

26 marzo 2013

Los Recursos Humanos entre fogones

Posted by Juan bueno On martes, marzo 26, 2013 No comments
A mi mujer le gusta la cocina. Con mimo, con pasión, con mucha entrega. No le importa el tiempo que tenga que dedicarle, siempre y cuando el resultado sea el esperado. Un buen plato o un sabroso postre.
 
Trajina con sus utensilios, entre sofritos y aromas, en ocasiones escuchando música y otras veces ensimismada en sus pensamientos. Con paciencia, sin prisas.

Estaréis pensando sorprendidos al leer estas líneas, que tal vez  ahora me voy a dedicar a escribir sus recetas. No, nada más lejos de mi intención. Pero a veces la observo mientras cocina, y ese quehacer me lleva a una reflexión muy ligada con nuestros Recursos Humanos.

Esa cocina donde ella se desenvuelve es cualquiera de nuestras Empresas, grandes o pequeñas, poderosas multinacionales (con electrodomésticos de última generación) o modestas pymes (con ollas y sartenes algo desgastadas), pero en las que se cocina con un poderoso objetivo: que de ella salga un plato valorado y apreciado por nuestros clientes.
 
Todas las organizaciones empresariales, ya sean gigantes o diminutas persiguen dos cosas:

• Satisfacer al cliente para que tenga una experiencia agradable y vuelva (el tan mencionado Márketing relacional) y
• Obtener resultados económicos.

Para que ese potaje de vigilia que mi mujer cocina hoy sea un éxito hay dos claves: los Ingredientes y la Preparación. Ambos imprescindibles.

Vayamos por partes. ¿Cómo elige los ingredientes? En primer lugar repasa la receta que la tiene escrita en un cuaderno o la busca en un libro de cocina.  Últimamente las nuevas  tecnologías han invadido nuestra cocina y es frecuente verla conectada a Internet comparando recetas, leyendo blogs o incluso ilustrándose con algún video de alguna cocinera decidida.

Pensemos en lo que hacemos en las Empresas cuando hay que formar un equipo para un proyecto, por ejemplo. Debemos repasar la receta. Tenemos que revisar cuál es el proyecto al que se van a dedicar esas personas, con qué medios van a contar, cuál es el objetivo, cuáles las dificultades. Pensemos en términos culinarios: no es lo mismo hacer un potaje de bacalao que una bouillabaise, aunque ambos platos tienen en común el bacalao.
Ya tenemos claro nuestro proyecto-receta. Para elaborarlo es preciso buscar los ingredientes. ¿Cómo lo hace mi mujer? Dije al principio de este artículo “con mimo”. Y ahora añadiría “con mucho mimo”. Ha comprado espinacas frescas (más brillantes y con más sabor que las congeladas); tiene bacalao desmigado,  de buena calidad (0jo, no el mas caro, sino el de mejor relación calidad – precio); tiene una aceite de oliva virgen extra (ése es nuestro líder en la Empresa, el que está presente en todos los guisos y si se sustituye por uno de mala calidad, se nota de inmediato en el resultado) y por último no ha descuidado la incorporación de elementos más discretos como la cebolla, el ajo, el laurel, sin duda modestos, pero que  aportan el toque final al plato. No hay más que pensar en el staff de soporte en nuestras Organizaciones: Secretarias, Asistentes, Recepcionistas.  ¿Podríamos tener un gran equipo sin ellos? ¿O le faltaría el sofrito que le da el sabor a nuestra organización?

Nuestros dos ingredientes principales en este plato, son el bacalao y las espinacas. Dicho de  otra forma, tenemos que seleccionar a personas para nuestro equipo capaces, fuertes, orientadas a resultados, con grandes capacidades sociales, muy proactivas ante el cambio (hoy cocinamos ese plato pero mañana con los mismos ingredientes haremos otro distinto). ¿Y cómo las vamos a elegir? Lo deberíamos hacer igual que cocina mi mujer, con entrega, con mimo, con pasión, y yo añadiría con un enorme respeto por ese plato que queremos cocinar.

Y aquí tengo que precisar algo sobre el precio. No siempre vamos a poder comprar el mejor bacalao noruego, el de lomos más gruesos y blancos. No siempre vamos a poder incorporar a nuestra empresa el Técnico más caro o el Directivo más cotizado. Pero podremos elegir el que mejor se incorpore a nuestro plato. Como decía Antonio Machado “todo necio confunde valor y precio”. Nuestro bacalao cogerá mucho sabor y textura si le ponemos la salsa o las especias adecuadas. Los miembros de nuestro equipo se pueden convertir en los mejores con la formación adecuada, el apoyo, el mentoring, el coaching…. En definitiva, la salsa.

Y por último la preparación. Mi mujer lo hace a fuego lento, sin prisas. No le gustan los aparatos de cocción ultra rápida, el resultado nunca es el mismo. Hay que hacerlo sin quemar etapas. Así se organiza un buen equipo, con una selección adecuada, con la formación precisa y tratando a las personas con dedicación, esmero, y el tiempo necesario, para que se conozcan, se cohesionen e interioricen trabajar por un objetivo común.

Así se cocina nuestro potaje de vigilia, a fuego lento, con dedicación, probando, rectificando de sal, ayudando a los miembros del equipo a alcanzar su excelencia, a potenciar sus sabores.

Es cierto que el plato puede salir mal, se puede quemar o quedar demasiado soso o salado  en exceso. Pero no es menos cierto que eligiendo los mejores ingredientes y cuidando mucho su preparación aumentan exponencialmente nuestras posibilidades de que el plato sea un éxito.

Si los miembros de nuestro equipo reciben los estímulos adecuados seguramente podrán obtener mejores resultados.

“A comeeeer”. Me están llamando. El olor llega hasta mi despacho. Me voy a recrear, ya anticipo el sabor de cuchara que me espera.  También soy capaz de anticipar esos logros que podrá alcanzar mi equipo, con cuchara, con tenedor y cuchillo, porque seguramente la crisis y las circunstancias imprevistas les forzarán a cambiar de herramientas y los cubiertos serán otros.

 
¿Os he dicho que a mi mujer le gusta cocinar?.  A mí me gusta formar equipos y llevarlos a su máximo desempeño.

Juan F. Bueno


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