El error no está bien visto. Pensad en vuestro alrededor. En mi entorno nadie se jacta de haberse equivocado en muchas ocasiones o de sumar numerosos fracasos. Sin embargo, tampoco conozco a nadie que triunfe a la primera, que todo lo que emprende son éxitos rotundos y que sólo acumula triunfos. No nos engañemos, para presumir de victorias, es imprescindible probar, intentar, fallar, acertar, reflexionar y volver a empezar. Es un círculo bendito porque es el que nos permite conquistar nuestras metas, asumir retos y cuando sea preciso, modificarlos.
Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el error es “una acción desacertada o equivocada”. Pero por qué y para quién. El error lo será en función de quien lo evalúe. Creo que es mejor pensar que, en lugar de cometer errores (que tiene una carga negativa ancestral), en ocasiones obtenemos resultados positivos y a veces éstos son negativos o mejorables.
A mi entender hay 3 actitudes fundamentales en torno al error :
• La primera es Aceptarlo y no tratar de ocultarlo. Ese sentimiento de oscurantismo, no es en absoluto bueno, pero a veces es una reacción visceral ante la cultura en la que al error le corresponde la reprimenda o incluso el castigo
• Reparar sus consecuencias, si éstas han sido muy perjudiciales para algo o alguien.
• Aprender, aprender y aprender. Todas las equivocaciones nos enseñan una forma de no hacer las cosas, un modo desacertado de llevarlas a cabo.
¡No lo perdamos de vista! Es una fuente de aprendizaje constante. Pero para que se produzca ese aprendizaje, hay que hacer un análisis de cómo se planteó el tema y de los posibles fallos. O sea, debemos recapacitar para poder crecer a través del aprendizaje.
Esto no garantiza que no volvamos a errar, pero hay muchas posibilidades de que la próxima vez, lo haremos mejor.
Una vez sentada esta premisa quiero ampliar ese campo al éxito. Sí, porque estoy plenamente convencido que también la persona se crece y se forma a través del acierto. ¿Por qué no?. Me niego a pensar en esas frases lapidarias en las que se insinuaba que sólo equivocándose y sufriendo se aprende y se experimenta. También se aprende a través del triunfo, del éxito, de las cosas bien hechas. Y la metodología es la misma que en el caso anterior: pararse a analizar concienzudamente lo que ha funcionado, y para nada atribuir el éxito a la suerte. “al saber le llaman suerte” decía un pensador. Y como nos recordaba nuestro querido y malogrado Seve Ballesteros, cuando una señora le decía "Hay que ver la suerte que tiene Vd." y él le contestaba: "Así es, y cuanto más entreno, más suerte tengo"
Nada conduce mejor al éxito que el propio éxito. Además provoca una retroalimentación maravillosa, positiva y que nos carga de energía.
Ignoro si se aprende más a través del éxito o del fracaso, lo que sí creo es que se logran más éxitos gracias a un mejor autoconocimiento, a un mejor entendimiento de las capacidades propias de cada uno y de afrontar los objetivos con una estrategia que analice las posibilidades reales, los medios con los que contamos, el tiempo… y en la que también se valore la posibilidad de que las cosas no salgan como estaba previsto. Saber cuáles son las consecuencias de alcanzar el éxito o de vivir un fallo. Nada más y nada menos.
El éxito seguramente nos anima a continuar, a intentar más victorias. El riesgo en cuanto al fracaso, es que nos desanime cuando se produzcan varios fallos y eso provoque parálisis. No, eso nunca.
¿Sabéis que fue el descubrimiento de América? Pues nada más y nada menos que un fallo de cálculo de Colón que creía haber llegado a las Indias.
¿Qué hicieron los Beatles, cuando la compañía discográfica Decca Recording Company, les rechazó diciéndoles “no nos gusta como suenan y la música con guitarras ya no se lleva”? nada que añadir.
A Ronald Reagan le rechazaron en una película para hacer de presidente de Estados Unidos porque “no tiene aspecto de presidente”. Sin comentarios.
“640 Kb de memoria deben ser suficientes para cualquiera . . .” Bill Gates en 1981.
El descubrimiento de la penicilina fue el resultado de más de mil errores.
Si todas esas personas se hubieran venido abajo, la historia se habría escrito de otra manera.
Os invito a ver el siguiente video, que contiene una muestra de sonoros rechazos, que hicieron historia : El mejor video de motivación.
Algunas veces se gana y otras se aprende. Algunas veces se gana y además se aprende.
Juan F. Bueno
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