28 septiembre 2014

Erase una vez

Posted by Juan bueno On domingo, septiembre 28, 2014 No comments
Hace unos días una amiga me contó una historia que quiero compartir con vosotros.
 
 
 
 
 
 
 
 
una próspera Empresa de distribución en la que trabajaba nuestra protagonista, Mariquita Risueña. Ella era una mujer preparada, trabajadora, inquieta y con muchas ganas de seguir aprendiendo. Todos los días acudía a su trabajo intentando mantener la motivación de su equipo y la suya propia. A veces no era fácil. No, a veces era incluso muy difícil.

Estaba ensimismada en sus pensamientos cuando oyó un terrible aullido “uahhhhh Mariquita ven rápido a mi despachoooooo”. El grito procedía del piso de arriba. Era el Gran Ogro Pepe que bramaba desde su oscura guarida.

Mariquita acudió enseguida y con una sonrisa en los labios tocó en la puerta. Pepe gruñó sin levantar apenas la mirada. Tecleaba con furia encima de su ordenador. Ella siempre se sobresaltaba cuando la increpaba así. Le conocía desde hacía años pero no acababa de acostumbrarse. El Gran Ogro Pepe empezó a soltar una retahíla que quejas y reproches sobre Mariquita, su trabajo, el de su equipo…. Ella miró por una rendija de la gruta, y vio como se colaban los rayos de sol. Fuera hacía un día precioso, era viernes y ella quería disfrutar de un buen fin de semana con su marido, su hija, su perro….. no, definitivamente el Gran Ogro no le iba a amargar el día. Cuando él acabó de increparla ella volvió a su despacho, con aspecto más serio. Una de sus colaboradoras, Anita Feliz le dijo: “¿por qué te ha gritado esta vez?” Mariquita se encogió de hombros. No quería transmitir a sus compañeras el malestar que le provocaban las constantes broncas. Ella quería que su equipo trabajara unido, con ganas, alegre, pero a veces el panorama era sombrío.

Todos temían al Gran Ogro Pepe. Le obedecían y procuraban no contrariarle porque preferían no provocar alguna de sus sonoras reprimendas. Su método de trabajo era castigo y premio (más castigos que premios). 

Mariquita Risueña tenía al respecto una idea distinta. Estaba convencida que un equipo cohesionado, con un líder (que no un jefe) al frente, con objetivos claros y un plan de trabajo conocido y aceptado era más eficaz y, sobre todo, más feliz. Ella no entendía el trabajo como una condena, deseaba ir a trabajar con ganas cada día y asumir nuevos retos. Pero....
 
Otra de sus compañeras, Blanquita Radiante le dijo “¿Por qué no vas a la Escuela de Ogros donde le enseñaron su método de dirección y tratamos de inscribirle en un curso de liderazgo? Tal vez ellos puedan convencerle…..

Mariquita Risueña decidió ir acompañada de la jefa de formación, Carmen Dichosa. La pobre tenía poco trabajo porque el Gran Ogro decía que la formación no era más que una pérdida de tiempo y las herramientas de desarrollo, tonterías que ponen de moda los americanos. En definitiva, no hacía caso a “esas paparruchas de los chicos de Recursos Humanos”…. Ay menudo panorama!!!!!!!! Qué difícil era lidiar con un jefe gruñón y de talante tan voluble. Ella reconocía que técnicamente era bueno, conocía su profesión, era hábil, manejaba bien las cuestiones técnicas…. En fin, si pudieran ayudarle a cambiar….

A medida que se acercaban a la escuela las dos compañeras veían la zona muy despoblada, apenas había gente y todo estaba desangelado. 
 
Cuando ya casi habían llegado atisbaron un cartel como éste. La escuela estaba cerrada! “no puede ser” pensó Mariquita Risueña, pero si ésta escuela era un éxito, siempre estaba llena.

De repente vieron a la Directora, la Sra. Marisol Cascarrabias que con gesto entristecido iba recogiendo pupitres. Ambas se acercaron y Mariquita preguntó “Buenas tardes, Sra. Cascarrabias ¿qué ha pasado?, ¿Por qué está cerrada la Escuela?

La Directora lanzó un sonoro suspiro y dijo “nos hemos arruinado, el sistema de Premio y Castigo ha fracasado. Al principio nuestro modelo de Jefes-Ogros funcionaba muy bien. En las Empresas estaban muy contentos con ellos pero poco a poco empezaron los problemas. Los empleados se rebelaban ante los malos modos, las reprimendas, los cambios de humor, y tampoco aceptaban premios con la formación y castigos con las subidas de sueldo. Un auténtico fracaso. Las Empresas nos empezaron a devolver a nuestros Ogros y nos vimos obligados a cerrar”.

Mariquita no podía disimular su sorpresa. Carmen Dichosa exclamó “¿y ahora qué vamos a hacer?”.

La Sra. Cascarrabias la miró con desgana y dijo “ahora todos quieren mandar a sus ogros a la Escuela del Líder Que Guía Tu Camino. Dicen que sus jefes salen  de ahí con ganas de motivar, ilusionar e iluminar la tarea de sus equipos. Dicen que consiguen de equipos ordinarios unos resultados extraordinarios”. Siguió suspirando “y ahora ¿qué haremos con todos los Jefes Ogros que mandamos a un montón de empresas de todo el país? Si hasta nos los pedían desde el extranjero…..”

Mariquita Risueña y Carmen Dichosa comprendieron que tenían que lograr matricular a su Ogro en La Escuela del Líder Que Guía Tu Camino. Pero, ¿cómo podían hacerlo?
 
Continuará…..

Juan F. Bueno



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17 septiembre 2014

OK... jajaja... pq? Bn

Posted by Juan bueno On miércoles, septiembre 17, 2014 No comments
He hablado con una mentora a la que apoyo en sus sesiones y en la conversación ha salido un tema que tenía que abordar con su mentee. Esta no puede dejar la BB cuando llega a casa y su marido se enfada porque dice que quiere más a Samsung que a él y eso que él tiene mejor cuerpo ... y me ha hecho recordar un artículo de Elvira Lindo que se titulaba “No me quieras tanto”.
Se preguntaba Elvira que por qué la gente quedaba con ella a comer o cenar si mientras estaban juntos no dejaban de mirar su móvil, su BB y contestar y leer los SMS o sus wsp.
 
 
No soy yo poco defensora de la tecnología, muy al contrario, pero si que tengo la sensación que todos estos aparatos nos están cambiando más de lo que somos conscientes.
 
Que levante la mano quién es capaz de dejarse el móvil en casa y no tener un deseo irrefrenable de volver a por él. Quién se ha quedado sin batería una tarde y no ha tenido la sensación de estar ilocalizable. Quién ha salido sin teléfono y no ha sospechado  que precisamente en esas horas recibirá una llamada importante que no podrá atender. Y sobre todo: quién ha salido del cine o del teatro en alguna ocasión y ha aguantado hasta la puerta de la calle sin revisar sus llamadas o mensajes perdidos.

Quien no pueda responder satisfactoriamente a estas preguntas, que se quede con este nombre: nomofobia. Es el término, abreviatura de la expresión inglesa 'no-mobile-phone phobia', que los expertos han puesto al miedo a estar sin el teléfono móvil, o a estar conectado, y parece que va a ser la enfermedad del siglo XXI.

 

Sherry Turkle (Instituto Tecnológico de Massachussetts) señala que "vivir permanentemente conectados nos puede crear serios trastornos, nos cambia la mente y el corazón". Hay millones de personas en la actualidad cuya vida gira en torno a los smartphones, para poder vivir conectados y contar, hablar o compartir con "sus amigos virtuales"cada minuto de sus vidas, llegando incluso decir lo que comen, lo que piensan, lo que sueñan o lo que desean.
 
La conversación del mundo real queda postergada con la conectividad, y la tecnología suele darnos esa ilusión de compañía y sin exigencias de amistad. Los tuits, por ejemplo, no representan una conversación porque simplemente no ayudan a conocernos entre nosotros. No permiten que unos aprendamos de otros.
 
De ahí que Turkle señale que los teléfonos inteligentes cambian la mente y los corazones de quienes hacen uso abusivo de ellos, por tres razones: 

    *  Podemos poner la atención donde queramos colocarla
    *  Siempre seremos escuchados
    *  Nunca estaremos "solos"


La tecnología opera como un antídoto para combatir la soledad. Estar solos es como tener un problema que resolver. Por eso tomamos el teléfono cuando hacemos cola para pagar algo o cuando el semáforo está en luz roja, y si bien esto puede ser válido en algún embotellamiento insufrible, no sería deseable cuando estamos en un restaurante o en un café con un amigo, y dejamos de mirarnos a los ojos, y conversar frente a frente. Las personas están perdiendo el contacto personal y solo se concentran en su mundo cibernético, solo hace falta ser un poco observador en cualquier centro comercial, restaurante o reunión familiar, donde cada uno está más preocupado por mantener contacto con otras personas, en vez de enriquecer las relaciones con la gente que tiene presente.
 
Hablar cara a cara con alguien con cara, manos y piernas, sin saber qué decir por anticipado, teniendo que improvisar rápido y teniendo que "leer" el lenguaje del cuerpo del otro está camino a convertirse en una destreza del pasado que deberá ser enseñada , en vez de asumir que saldrá automáticamente. 

Las expectativas de que estés siempre conectado está en todos los aspectos de la vida. El jefe y los colegas siempre te tienen que ubicar, y en las vidas sociales siempre hay updates de Facebook y mensajes de texto.

La idea que movilizó el video "Look up" ("Levanta la mirada") y que vieron más de 17 millones de personas dispara un debate de cómo encarar este tiempo de cibercultura .  Cómo los nuevos usos y costumbres alrededor de redes sociales e interactividad digital modifican nuestra vida cotidiana.
 
He leído hace poco que el antropólogo y biólogo británico Robin Dunbar definió que una persona necesita y puede sostener como máximo 150 relaciones interpersonales. Que el cerebro no tiene capacidad para almacenar más contactos. Dunbar lo expresó a sabiendas de la existencia de Facebook. Me tranquilizó mucho cuando comprobé que yo no tenia ni siquiera la mitad de ellos.
 
A mi me gusta llamar y que me llamen, y hablar con mi amiga canadiense por el chat o por skype, y enviar un correo a un amigo para decirle que Clara tiene un blog de cine precioso que se llama Señora Danvers, la mala de la película “Rebeca” . Me encanta wasapear con mi amiga May y recordar aquellos ejercicios espirituales en el Escorial donde hacíamos de todo menos rezar, y poner un emoticono de “locas, locas". 


Yo abogo por recuperar la vida social, la conversación cara a cara, y esos espacios divertidos y tranquilos como la cocina, la terraza, el café de debajo de la oficina o al terminar mi partido de paddle, sentarme con mis amigas sudadas y tomarnos esa coca-cola fría y decir quien ha jugado mejor combinando en la misma frase de la conversación como son los bolsos de oferta en Mango y que las rebajas este año no han sido demasiado buenas.
 
Me gusta no hacer nada en la cola del Carrefour mirar a quien está delante y ver qué come habitualmente y quizás también mirar detrás a quien lleva solo una barra de pan para decirle  ¿Solo lleva eso?... pues pase que yo llevo más. Y escuchar: gracias que amable, pero yo no llevo prisa porque mi hija esta buscando....., y después seguir conversando mientras la señora de delante termina de poner todo lo que lleva en el carrito sobre la cinta y una cajera que lleva un piercing en la ceja, que me he fijado y  se llama Jessy, le sonríe cuando pasa por el lector un bote de grajeas de alcachofa, de esas para adelgazar, y a mi me empuja un chiquillo con un smartphone en la mano...
 
Por cierto dejo de escribir este post para contestar a Bulow que  dice en  nuestro grupo de wspp que hace un tiempo horrible en Toronto y Ricardo ya le ha contestado "vente conmigo al Caribe" con una foto espectacular en traje de baño.
 
Mila Guerrero
Visitar el Blog de Mila aquí



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Los Beneficios del Empowerment

Posted by Juan bueno On miércoles, septiembre 17, 2014 No comments
Los modelos de dirección están cambiando a gran velocidad, debido en gran parte a las exigencias del consumidor en cuanto a flexibilidad, rapidez y calidad.
 
 
La idea principal en la que se basa el Empowerment es que las personas que se hallan directamente relacionadas con una tarea son las más indicadas para tomar una decisión sobre la misma, ya que por el conocimiento de las mismas las convierte en las más capacitadas para ello.

El Empowerment se basa en la delegación de autoridad a los subordinados a los que se les transmite el sentimiento de ser dueños de su propio trabajo. Es además una herramienta utilizada tanto en la calidad total, como en reingeniería y provee de elementos para fortalecer los procesos que llevan a las empresas a su adecuado desarrollo.

 
Se trata por lo tanto de un nuevo concepto. De una filosofía novedosa para administrar y dirigir Empresas  que requiere una estrategia y unos niveles de comunicación efectiva especiales, para poder cumplir con los objetivos estratégicos de la compañía.

El concepto “Empowerment” viene del verbo inglés “to empower”, potenciar que ya nos da una idea clara sobre cómo se puede convertir en una herramienta estratégica que impactará en una nueva forma de liderazgo y de dirección de equipos.
 
Si el Empowerment está bien implantado dentro de la organización, genera unos niveles de compromiso por parte de los empleados y de involucración en las decisiones que adoptan y en los resultados que consiguen, que producen un impacto muy positivo en los resultados de las Empresas en las que se implantan.
 

En definitiva, el Empowerment, un nuevo modo de dirigir para nuevos tiempos y nuevas necesidades.

Más información en https://www.rhgestionyformacion.com/contacto.HTML


Juan F Bueno




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15 septiembre 2014

El talento no tiene genero

Posted by Juan bueno On lunes, septiembre 15, 2014 No comments
El talento no tiene género, como no lo tiene el sacrificio ni la audacia, ni los retos, ni los dasafíos, ni los objetivos a los que se tiene que enfrentar un profesional en cualquier ámbito, ya sea hombre o mujer.
 
 
Pero de forma insistente la prensa, los analistas y la sociedad en general desmenuzan de forma minuciosa todos los elementos del trabajo desarrollado por cualquier profesional y más si ésta es mujer. E incluso se habla de porcentajes, de cuotas, de igualdad…. Ignoro si estas medidas pueden producir buenos resultados pero no me gustan como herramientas aunque sus fines puedan ser loables. Nunca he sido partidaria de atribuir asignaciones de talento por el mero hecho de que la naturaleza y la genética hayan determinado la condición masculina o femenina de una persona. Siempre lo he rechazado. A lo largo de mi vida personal y profesional he conocido y tratado hombres profundamente estúpidos y mujeres indudablemente brillantes. Y creo firmemente que un hipotético cambio de sexo entre ellos no habría remediado ni la estupidez de él ni la inteligencia de ella. 


En sentido contrario he trabajado al lado de hombres cultos, sagaces o rápidos y también he compartido vida profesional con mujeres memas, majaderas, tontas en definitiva, y de verdad que no he sentido ningún corporativismo ni necesidad de defender lo indefendible simplemente porque compartíamos el mismo género.
                                    
El concepto del talento debe ir mucho más allá porque a los profesionales se les mide por sus resultados y en ellos da igual vestir falda o pantalón o adornarse con tacones o corbata. No dejo de leer en la prensa que la hija de un banquero recientemente fallecido, designada como nueva Presidenta de la entidad tendrá que “lidiar en un mundo de hombres”. Yo creo que tendrá que hacerlo en un mundo de profesionales muy bien preparados para sortear grandes vicisitudes, con una muy clara estructura para su toma de decisiones, con muy buen conocimiento del negocio bancario y del sistema financiero, con un gran equipo y siendo una hábil negociadora. Criterio ora firme ora flexible, resistencia ante las dificultades, ilusión ante los retos, fuente de inspiración, proactividad ante los cambios, pero me resisto a creer que algunos rasgos femeninos puedan empeorar su desempeño al frente de un puesto de responsabilidad. Eso lo haría sólo la falta de capacidad.


Que le pregunten a los accionistas de ese Banco si su cotización en Bolsa sube y les hace ganar dinero si les importa mucho si la Presidenta se pinta los labios o usa gemelos en la camisa. Tal vez les interesen más otras capacidades menos ligadas a ser varón o hembra y más relacionadas con las competencias necesarias para llevar al éxito sostenible a unos negocios cada vez más complejos en un mundo cambiante e inestable.

Que lo frívolo no nos distraiga, por favor, señores.
 
May Ferreira  






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10 septiembre 2014

Botin o el lider campechano

Posted by Juan bueno On miércoles, septiembre 10, 2014 No comments
Esta soleada mañana madrileña nos ha sorprendido con la repentina muerte de un banquero de raza, el presidente del Banco Santander. La sorpresa viene no tanto por su edad, en unos días cumplía 80 años, sino por su enorme vitalidad y el duro ritmo de trabajo que seguía a diario al frente de la entidad, más propio de un ejecutivo cuarentón que de un hombre con ocho décadas a sus espaldas y más de 50 en el Banco.

 
       
A la edad en que otras personas inician sus jornadas pensando cómo van a matar las horas o intentando recordar las pastillas que tienen que tomar, Emilio Botín podía presumir de no tener un hueco libre en su agenda.

El día del fallecimiento de alguien relevante se produce inevitablemente una avalancha de declaraciones, alabanzas, el pésame a la familia, biografías más o menos acertadas del finado…. Pero no es ése el objeto de estas líneas. Plumas mucho mejor informadas escribirán informaciones exactas sobre su persona. A mí me interesa analizar en este blog los elementos que tienen el empresario, el directivo, el ejecutivo, y el trabajador.

Porque si algo encarnaba “el presidente” como le llamaban en el banco era ese espíritu de trabajo incansable, unido a un elemento vital en un líder, la pasión. Algunos podrían pensar “es fácil ser un líder cuando se nace en un familia tan adinerada y se hereda un banco”.  Pues no, eso no es cierto. Esas condiciones pueden facilitar el acceso a una buena formación por ejemplo, o a tener ciertos contactos, pero no aseguran ni mucho menos contar con las cualidades necesarias para poder hacer frente a la sucesión del negocio, y además hacerlo con un éxito rotundo. No podemos obviar que convirtió un banco provinciano en otro que hoy es un referente a nivel mundial.

Botín había elegido, tal vez simbólicamente, el color rojo (siempre se adornaba con sus corbatas o tirantes rojos, corporativos), que representa la fuerza, el coraje, la decisión, el empuje. Esa naturaleza decidida, unida a un olfato de tipo listo y astuto, le hacía desarrollar una competencia enormemente deseada por los directivos actuales: La proactividad ante el cambio, ese atributo con el que se adelantaba a algunas circunstancias del mercado.
                       
Ese líder es una persona con capacidades y disposición para tomar decisiones. Algunas de ellas equivocadas (como no podía ser de otra manera). Es además un profesional que tiene la pericia de formar un equipo con grandes profesionales a su vez, complementarios, audaces y un poco visionarios.

Botín es un personaje con luces y sombras. La banca española ha tenido un papel que no podemos ignorar en la crisis actual, y su banco forma parte de ese entramado. Los bancos no se lo han puesto fácil a los ciudadanos de a pie y el crédito se ha convertido casi en una utopía. Pero hay aspectos de su personalidad en los que quiero enfatizar (sin entrar en otras consideraciones) porque en ese hombre campechano había madera de líder, y de esa madera estamos escasos. Muy escasos. Necesitamos imperiosamente hombres fuertes, gestores que no le teman al trabajo ni a las dificultades, que aguanten jornadas largas si son necesarias porque les mueve una fuerza motriz que tiene más potencia que cualquier motor: LA PASION. La que movía a Don Emilio. Sin más valoraciones.

Con una fortuna inmensa podría haberse dedicado a disfrutar de los placeres que puede proporcionar una vida sin dificultades económicas, sobre todo cuando uno se empieza a hacer mayor. Pero eligió madrugar, trabajar, apasionarse y también a veces polemizar con sus decisiones y estar al pié del cañón hasta el último de sus días

Supongo que en cuanto haya aterrizado en el “más allá” habrá convocado un Consejo de Administración.

Juan F. Bueno



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04 septiembre 2014

He vuelto a releer algunos párrafos del libro “Solo a los bebés les gusta que les cambienJose Manuel Gil (Deusto). Y si siempre me he centrado en concebir los cambios desde un punto de vista de las organizaciones, hoy que he estado con mis amigos pasando el día en la playa y hemos hablado de lo que nos ha pasado y lo que últimamente nos ha hecho cambiar algunas de las cosas que creíamos que nunca cambiarían,  he pensado en los cambios desde otro puntos de vista. ¿Cúanto se puede cambiar?, ¿en qué realmente cambiamos? ¿qué es lo que nos hace cambiar? ¿Se vuelve siempre a los mismos hábitos?.

Cambiar es difícil, ni siquiera una gran crisis personal facilita algunos cambios; cuales son las piezas que hacen que parte de nuestras conductas personales o de relación se modifiquen. Por qué un acontecimiento te hace reflexionar sobre  conductas poco efectivas y pasados unos meses volvemos a ejecutarlas. ¿Por qué una pareja sufre una crisis y las primeras semanas se cambian las formas, se deja de discutir, se invierte más tiempo en el otro y pasados tres meses las cosas vuelven a como eran semanas antes. ¿Por qué sabiendo y siendo conscientes que hay hábitos poco saludables nos cuesta abandonarlos?, ¿por qué reconociendo que actuar de cierta forma pasado el tiempo nos hace sentirnos mal, sin embargo no dejamos de actuar así?.
 
Asumir la necesidad del cambio es complicado ya que implica afrontar nuevos retos y procesos de aprendizaje, se necesita tiempo, paciencia y un amplio conocimiento de uno mismo.

Quizás la clave esté en no solo querer o tomar la decisión sino en los tres procesos necesarios vinculados a ella.
 
Las tres A
Aceptación emocional
La simple idea del cambio suele venir acompañada de un sentimiento de miedo y resistencia. Nos damos cuenta de que vamos a dejar atrás la comodidad y los hábitos a los que estamos acostumbrados para adentrarnos en un territorio desconocido. Aceptar la incertidumbre y gestionar las emociones que giran alrededor de ese miedo constituyen el primer paso a dar en el proceso de cambio que vamos a emprender.

Análisis
Cada uno de nosotros solemos hacer valoraciones de nosotros mismos basándonos en creencias y aprendizajes que se han consolidado a lo largo de nuestra vida, de nuestra formación, de nuestro trabajo y de las personas con las que nos hemos vinculado, relacionado o lo estamos haciendo.
Para poder empezar a cambiar es preciso realizar un ejercicio de deconstrucción de nuestra propia identidad vinculada a acciones y creencias conscientes y menos conscientes para así poder llegar a entender qué significado tiene para uno mismo parte de lo que hacemos, a fin de cuentas dar respuesta a la pregunta ¿qué significa ser lo que soy y hago?

Alcanzar un conocimiento profundo de nosotros mismos es clave para rediseñar nuestra carrera profesional, nuestra forma de relacionarnos, de entendernos con los otros, con nuestra pareja, padres, jefes, compañeros, amigos.... En definitiva de vernos y sentirnos de otra forma. Solo así podremos reorientar nuestras capacidades y aptitudes, que ahora queremos  desempeñar.

Ambiente
Una vez que ya hemos dominado el miedo y somos conscientes de nuestras capacidades, el siguiente paso consiste en conocer el entorno, reevaluar las formas en que se relacionan con nosotros, reorientar las antiguas y anticipar e interactuar  para ajustar los cambios que puedan darse en un nuevo escenario de mayor efectividad. En este proceso de reorientación o rediseño, es fundamental interaccionar con este entorno de otros modos y crear nuevos patrones que nos vayan a permitir adaptarnos a la nueva realidad que deseamos.
 
Siguiendo con el tema de la playa, tumbados en las toallas, bastante relajados tomando el sol, hablamos de conocidos de hace mucho tiempo y otros de menos tiempo. No solo si había más arrugas y menos elasticidad, en todos, en nosotros principalmente.
 

Empezamos con algunas maldades tengo que reconocerlo, preguntándonos si aquella que llevó pantalones cagados y el pelo sucio con una cinta vieja de estrellas negra para recibir a una visita ... ahora se había convertido después de ir al psicólogo en una mujer fina y elegante que se pintaba, sin salirse, las uñas de los pies abandonando la vulgaridad cuando hablaba. Si ese matrimonio con el que comimos pasta en un restaurante cerca del mar, que se faltaban el respeto en público y se criticaban llamándose aburridos...y otras cosas, se habían convertido en una pareja amorosa que se mimaba. Si aquel que jamás cocinaba, machacaba ahora los ajos como un autentico chef. Si el que a penas despegaba los labios, nos hacia relatos interesantes sobre el reciclaje, y si por fin aquel que siempre argumentaba todos sus razonamiento con fórmulas matemáticas, decía ahora alguna vez “eso no lo sé”...

Entre risas y comentarios cada vez más locos, casi al final  una de mis amigas que había sufrido un año de muchos cambios, algunos muy dolorosos me dijo: Yo he llegado a la conclusión de que si... algo no me gusta, intento cambiarlo y si no puedo hacerlo, lo que hago es cambiar de actitud y puede que de deseos".

¡¡Qué inteligente me pareció en ese momento!!!, cambio de actitud. 

El mejor momento para plantar un árbol fue veinte años atrás. El segundo mejor momento es ahora...lo dejo en la mesa para pensar.

Mila Guerrero
http://humanrecblog.wordpress.com/

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