Tal vez sea una exageración titular un post con una afirmación tan contundente, y parece que sea falta de esperanza. Ni trabajo, ni estudio. Ni presente ni futuro. Como diría un castizo “ná de ná”.
No obstante no podemos negarnos a la realidad que, una vez más de forma insistente, nos golpea con sus datos. Según la OCDE somos el país europeo con mayor número de “ni-nis”, esa generación que no tiene una ocupación conocida, no estudia, no trabaja, y lo que es peor, no tiene perspectivas de hacerlo en breve. Las cifras que da la OCDE, son abrumadoras. Y, a mayor abundamiento dentro de nuestro propio país hay enormes diferencias regionales. Veamos por ejemplo que el número de los “ná de ná” es muy superior en Canarias que en Navarra.
Podríamos pensar que esta situación en coyuntural, menos mal! Claro, una buena parte son consecuencia directa de la crisis: Jóvenes que dejaron los estudios atraídos, en especial, por el mundo de la construcción que generaba buenos ingresos y de forma inmediata. Esa burbuja falsa y frágil en la que hemos vivido, empujó a gente joven a dejarse encandilar por el dinero rápido, dejando de lado la formación. Craso error, cuyas consecuencias estamos pagando en la actualidad y que hipotecan el futuro de una gran cantidad de nuestros jóvenes.
Está claro que no todos podemos se ingenieros, médicos o profesores. Sería un dislate. Pero también lo es abandonar viejas profesiones que siguen siendo igual de necesarias y que garantizan en muchos casos el futuro, aprendiendo un buen oficio. Repito aprendiendo. Son imprescindibles buenos fontaneros, electricistas o carniceros. Todos los gremios que están a nuestro alrededor están sufriendo los envites de la crisis, de la falta de crecimiento. Muchos pequeños empresarios se ven obligados a echar el cierre. Pero toda esa situación es mucho más llevadera cuando se tiene formación, la que sea, sólida, para intentar levantarse y de nuevo ser un profesional competitivo.
Las cosas están mal. Sería un absurdo negarlo, pero si repasamos las cifras del paro y analizamos los sectores más afectados, comprobaremos que el desempleo y la desesperanza golpea con más fuera a aquellos que no disponen de una titulación, a los que no tienen una formación específica.
Y buena prueba de ello, son los datos que nos da el último informe de Infoempleo, que nos dice que el 61% de las ofertas de empleo, solicitan candidatos con titulación universitaria.
Sí, ya sé lo que estáis pensando muchos: Arquitectos e ingenieros en paro o trabajando de camareros. Por supuesto, pero al menos esas personas que disponen de unos conocimientos, los podrán usar antes o después y estarán más preparados para afrontar un futuro con mayores garantías, cuando se empiece a ver la luz al final del túnel.
Porque los peor es la desesperanza. Esa que parece invadir a nuestros jóvenes y no tan jóvenes, a las bolsas y a la economía en general. Hay que romper ese círculo de negativismo desde el que no se consigue nada. O casi nada. Cierto es que ser positivo no sirve para encontrar trabajo, pero es una actitud que abre más puertas que las cierra y que además se contagia. Imaginemos que hacemos la selección para varios puestos de trabajo en una Empresa: Por la propia naturaleza humana desearemos contratar antes a personas animosas, preparadas y con clara actitud de labrase un futuro. ¿A quién le apetece incorporar a su Empresa a potenciales trabajadores negativos, exasperados y carentes de ilusión? No nos engañemos, esos procesos de selección acaban diciendo “ya le llamaremos” y esa llamada no se produce nunca.
Por supuesto que hace falta actitud y aptitud. Simplemente no lo he dicho porque es una completa obviedad. No puedo contratar para cubrir un puesto de médico a alguien que no lo es, pero entre dos médicos, seguramente me quedaré con el que me encandile por ciertas habilidades sociales, tan imprescindibles hoy en día.
Hace unos días estuve en una reunión que patrocinaba una prestigiosa Facultad de Ciencias de la Información, en la que entre otros ponentes, estaba el Director de Recursos Humanos de una telefonía puntera, quién dijo algo así como: “contratamos a las personas por sus conocimientos y los despedimos por su actitud”. Y cuándo le comenté porque entonces no cambiábamos los parámetros de selección y comenzábamos a hacerlo por aptitudes, me contestó “Juan, todavía hay muchos mediocres en esta profesión nuestra”.
Por eso me preocupa y entristece los datos de los “ni-nis”, porque no podemos permitirnos el lujo de perder una generación; porque tenemos que ganar en competitividad y para ello la profesión y la formación son elementos imprescindibles; porque tampoco podemos reflejar la imagen de un país empobrecido en conocimientos y habilidades. Porque sólo los mejores triunfan, porque la competencia cada día es más dura y porque somos un país luchador, con ganas de salir adelante.
Igual que hemos acuñado el término los “ni-ni” desconocido hasta hace unos años, propongo recoger uno distinto los “si-si”. Sí que estudian y sí que trabajan. Que tienen presente y tienen futuro.
Juan F. Bueno
Hola Juan.
ResponderEliminarSiento decirte que, en este país, el problema de los jóvenes con el empleo no ha llegado con la crisis. Antes de la generación ni-ni estaba la generación mileurista, como bien explica este artículo del año 2005, en pleno boom económico:
http://elpais.com/diario/2005/10/23/domingo/1130038892_850215.html
Este artículo se lo mando leer a mis alumnos y no se lo creen. Pero es real. Fue real ¿lo recuerdas?.
Y antes de los mileuristas tampoco iba bien la cosa. Tengo un libro en casa pendiente de leer titulado "De la escuela al paro". ¿Sabes en qué año se publicó? En 1991.
Cuando pase la crisis ¿cambiará algo? Esa es la pregunta que me hago.
Un saludo
Estamos hablando de la generación NI-NI, Y ESTOY DE ACUERDO EN TODO SU ARTÍCULO, el problema es que la generación SI-SI, la están explotando de la forma más arbitraria y como lo que importa es tener un empleo vale todo. Por ejemplo se ha creado el cargos de aprendiz de dependienta para pagarle a una chica de dependienta como si fuera una becaria. Claro que las empresas se aseguran de coger la gente que este más preparada, con idiomas carreras terminadas, con maestrías etc. Eso si la aprendiz tiene las mismas obligaciones que la dependiente, pero gana la mitad del salario y sin derecho a medias pagas. Yo le preguntaría a las grandes empresas, Cuando quieren ver la luz al final del túnel si son los primeros que se encargan de que la gente "NO TENGA PODER ADQUISITIVO"?. Como quieren que sus productos se vendan si son los primeros en descaradamente no permitir que la economía se mueva? . Hasta cuando?
ResponderEliminarAsí es Antonio. La "casta" de los mileuristas viene de más lejos. Incluso hoy diría yo que los vilipendiados mileuristas de entonces, hoy creo que son una privilegiados, pues ¿Cuántos hoy quisieran ganar 1.000€ al mes?
ResponderEliminarTotal que, como ves, la cuestión económica, como casi todas las cosas en la vida, es relativa.
Es muy interesante volver a leer un artículo de hace 8 años. Habla de la generación más preparada de la historia. Hace poco una persona que comentaba uno de mis artículos, me rectificaba y le denominaba la más laureada, la que más títulos atesora, pero él ponía en duda que fuera la más preparada, pues para esto hace falta, además de los estudios, experiencia y esto era precisamente de lo que le estábamos privando.
De cualquier manera, mi artículo, que es un poco más desgarrador de aquel del año 2.05, se lo dedico a los que ni siquiera han querido/podido estudiar y a los que tampoco les apetece hacerlo. Vamos que el panorama de estos últimos, creo que es aún un poco más sombrío (si cabe) que el de los mileuristas, que al menos, estudios ya tienen algunos.
Un saludo, Antonio y muchas gracias por tu aportación al debate.
Hasta pronto
Gracias, Yani por tu aportación al debate. Y creo que tienes razón en todo, estos, ni siquiera adquieren la categoría de mileurista a la que se refería Antonio. Estos son los grandes explotados de la historia reciente de nuestro país. Ya que, con la escusa de que tenemos que ajustar los salarios (esos que ya son los más bajos de la Europa comunitaria) estamos tirando los sueldos y esto está haciendo un daño terrible pues está acabando con la ilusión de una generación entera y de la que tardaremos mucho tiempo en despertarnos.
ResponderEliminarOjala que cuando esto ocurra, no sea demasiado tarde.
Un saludo y gracias de nuevo
Hasta pronto
Creo que nos olvidamos de los que ni estudian ni trabajan como consecuencias de los recortes, el caso lo conozco bien. Trabajo en un lugar en dónde los jóvenes comentan como tienen que dejar de estudiar por las abusivas matriculas que tienen que pagar ya que los/las hijos/as de los/las trabajadores/as autónomas no pueden acceder a ellas pues ¿se les considera ricos a los padres?.
ResponderEliminarTambién sucede que existen jóvenes que aunque desean estudiar o retomar sus estudios se encuentran que no pueden acceder a las escasas plazas que existen en los ciclos de formación profesional, por lo menos en Canarias que es la realidad que conozco.
Si, creo que nos olvidamos de "los ni-ni a la fuerza" por no tener recursos económicos, no poder acceder a la formación profesional por la falta de plazas, tener que abandonar la enseñanza universitaria por no poder acceder a las pocas becas que se dan.
Si queremos que toda la enseñanza se pague como ocurre en Europa, primero queremos los sueldos Europeos para dar a nuestra juventud lo que se merecen.
Un saludo a una defensora de la juventud
Así es. A veces nos encontramos con muchos ni-nis a la fuerza. Lo que, siendo una realidad constatable, no consuela demasiado. Y este es el gran debate reabierto recientemente con el asunto de la Ley Wert. Yo también creo que las tasas son elevadas para el nivel medio que estamos llevando a los salarios en España, que ya son los más bajos (unitariamente) de toda la UE.
ResponderEliminarHay muchos movimientos, que yo conozco (y en algunos participo) que luchan por conseguir una educación pública, de calidad y gratuita.
Muchas suerte para tod@s
Gracias por tu comentario y un saludo